sábado, 27 de septiembre de 2008

VIVO COMO UN DODO

El Dodo... ese extraño animal... el que más... porque ya no existe.
El dodo es uno de los claros ejemplos de lo mal que lo hacemos el género humano en lo que respecta a la naturaleza. 100 años después de ser descubierto, el dodo se extinguió.

El dodo (Raphus cucullatus, antes Didus Ineptus) vivía su tranquila vida en los bosques de las islas Mauricio, en el océano Índico. Tenía patas rudas, alas pequeñas, cuello corto y un pico grueso y curvado que medía unos 23 cm. De color gris, medía alrededor de 1 metro y pesaba más de 20 kg. No podía volar, ya que no tenía depredadores... Hasta que llegamos nosotros.

Dodo o Dronte
(Raphus cucullatus)

Los portugueses lo bautizaron "dodo" por que era torpe y, a su parecer, estúpido (parece ser que cuando intentaba huir le tocaba la panza en el suelo al pobre), pero también se le llama dronte, para evitar el sonido despectivo que le pusieron los portugueses. Tan torpe era que, los marineros que llegaban y buscaban carne fresca después de meses navegando, le cazaban con facilidad, aunque por lo visto no estaba especialmente bueno.
Junto con la gente, los barcos llevaban también gatos, perros, cerdos y hasta monos, que enseguida llegaron a los bosques, y se comieron tanto a los dodos adultos, como a los jóvenes y a los huevos. Recordemos que nuestro amigo el dodo, no tenía depredadores así que, ingenuo, hacía sus nidos en el suelo. El primero dodo se vio en 1598. El último, en 1662.

Lo que sabemos del dodo actualmente es gracias a los dibujos y grabados que nos han llegado de esa época. Varios dodos fueron llevados desde Mauricio hasta Europa, por curiosidad, exhibiciones y coleccionistas. Los dodos se conservaron perfectamente en cautiverio y se convirtieron en el tema predilecto de los pintores alemanes y holandeses especializados en animales. Si estos pintores no se hubieran interesado por el dodo, hoy nos sería difícil imaginarnos cómo sería.



Grabados e ilustraciones del dodo


Cuando el dronte se supo extinguido se buscaron y rebuscaron huesos y restos en las islas, pero no se encontró gran cosa. A excepción de un ejemplar que provenía de una exposición en Londres, pero después de pasar por muchas manos de coleccionistas el dodo acabó en un almacén. Descuidado, el ejemplar quedó hecho un trapo, así que cuando lo encontraron lo tiraron a la basura. El único dodo que se conservaba en planeta. Un buen remate a la jugada de extinguir al pobre animal.

De aquel último dronte salvaron la cabeza y una pata, que estaban en mejor estado, y es de donde están intentado sacar ADN para intentar “resucitar” al dodo. Aunque el material genético seguramente está deteriorado y roto en millones de fragmentos, pretenden por lo menos compararlo con especies que aún no hemos extinguido y encontrar a su pariente más cercano e intentar recrear la especie.
Una vez se consiga esto se podría intentar llegar al dodo a través de cruces entre sus parientes cercanos o creando ADN gracias a la ingeniería, introducirlo en un huevo del que nacería, tatatachán!!, un pájaro parecido al dodo. Según los científicos sería casi imposible reproducir al dodo tal y como fue, ya que su código genético existe ya solo en fragmentos mínimos, y nunca se podría llegar a un nivel de exactitud suficiente.


Cabeza momificada del dodo
Se conserva, junto a su pata, en el Museo de Historia Natural de la Universidad de Oxford

Los ecologistas sostienen por otra parte que conseguir traer de vuelta al dodo sería perjudicial para la naturaleza en su conjunto, ya que, en vista de la acción letal que tenemos sobre ella... Si nos cargamos a una especie y la recreamos después, qué sentido tiene protegerla?


Yo me quedo con el dodo de Alicia en el País de las Maravillas.

Chironex