Buenas tardes,
Después de ver vuestra reacción por el aspecto del topo rata desnudo, creo que ha pasado un tiempo prudencial para presentaros a otro animalillo de pinta “diferente”: el Aye Aye:
Después de ver vuestra reacción por el aspecto del topo rata desnudo, creo que ha pasado un tiempo prudencial para presentaros a otro animalillo de pinta “diferente”: el Aye Aye:
Aye-aye, Daubentonia madagascariensis
Esa mirada profunda, que parece que atraviesa, es la de un pariente de los lemures, pero único representante de su género y familia. Son endémicos de Madagascar, nocturnos y muy muy especiales. Su nombre “aye-aye” deriva de “hai-hai”, el sonido que emiten cuando salen asustados de sus nidos.
Mide unos 40 cm (parecido a un gato) y pesa alrededor de 2 kg y medio, y tiene una cola peluda más larga que el propio animal, parecida a la de las ardillas, que le proporciona equilibrio al saltar de árbol en árbol. El pelaje suele ser negro (aunque a veces marrón oscuro), a excepción de la cara, donde el pelo se aclara.
Tienen un extraordinario sentido del oído (fijaos en las orejas sin pelo como las de los murciélagos) y grandes ojos amarillos, característicos de los animales nocturnos.
Lo más destacado son los dedos especializados: El tercer dedo es largo y flexible, más delgado que el resto, y es especialmente importante para su alimentación. Vamos a ver cómo:
Primer plano de la mano del aye aye, con su especializado tercer dedo
La dieta de los aye-ayes se basa en frutas, plantas y frutos. Pero una parte importante de las calorías diarias la obtienen de las larvas de los insectos xilófagos (se alimentan madera). Estos insectos suelen poner los huevos en agujeritos que hacen en la corteza de los árboles y al nacer las larvas se adentran en el árbol, haciendo galerías a medida que devoran la madera. Los aye-ayes tienen un método infalible para detectar dónde se encuentran estas larvas: golpean la corteza de forma que gracias a su extraordinario oído localiza dónde la madera ha sido carcomida. Una vez que sabe dónde está la larva, utiliza sus largos (y siempre crecientes) incisivos para retirar un trozo de corteza y poder introducir su largo y huesudo dedo índice para “pescarla”. Tenemos, en primicia, un vídeo de este momento (merece muuuucho la pena verle en acción).
Los aye-ayes son símbolo de mala suerte en la cultura malgache: se cree que si uno te señala con su tercer dedo morirás en poco tiempo y de forma horrible. Por esta razón, y también porque se alimenta de los productos de las cosechas, se ha visto perseguido durante mucho tiempo.
De hecho, se creyeron extintos durante un tiempo, pero se volvieron a ver años después y desde entonces están protegidos. Actualmente están próximos a ser vulnerables, ya que aunque su caza está prohibida, su hábitat está desapareciendo debido a la tala masiva de los árboles donde viven.
Os dejo una foto tierna para que veáis que las apariencias engañan.... que poca muerte puede significar que te señale un animalillo que mira tan desvalido...
...Aunque probablemente sea el único ser sobre la faz de la Tierra cuya cría no es especialmente bonita....
Aye-aye recién nacido en el Zoo de Denver, Colorado
Saludos!
Chironex